Once de octubre de 1492
Los pómulos, prominentes,altivos,orgullosos,
brillaban con el abrigo del sol.
El color de sus manos,se confundía con la bondad de la tierra.
brillaban con el abrigo del sol.
El color de sus manos,se confundía con la bondad de la tierra.
Sus voces, eran aguas danzando
de piedra en piedra,
libres pájaros que de sus gargantas
escapaban, reconfortando
al mismísimo silencio.
Los pies, acariciaban con sus pasos
cautos al suelo,
-cuando cazaban-
de piedra en piedra,
libres pájaros que de sus gargantas
escapaban, reconfortando
al mismísimo silencio.
Los pies, acariciaban con sus pasos
cautos al suelo,
-cuando cazaban-
suelo libre aún, de avaricia blanca.
Sus pechos desnudos no eran
una vergüenza.
¿Cómo puede ser indecoroso lucir el alimento del hijo?
Sus cuerpos, postales del paisaje puro,
hasta que llegó el blanco.
Hasta que llegó la muerte y la ignorancia,
hasta que llegó la sed de riquezas.
Hasta que llegó,la irrefrenable
iniquidad humana,
del otro lado del mar.
Autor: EsperanzapiaHimura
Imagen de la web
una vergüenza.
¿Cómo puede ser indecoroso lucir el alimento del hijo?
Sus cuerpos, postales del paisaje puro,
hasta que llegó el blanco.
Hasta que llegó la muerte y la ignorancia,
hasta que llegó la sed de riquezas.
Hasta que llegó,la irrefrenable
iniquidad humana,
del otro lado del mar.
Autor: EsperanzapiaHimura
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