Probablemente, pocos libros son tan conocidos a nivel mundial como ‘Las mil y una noches’, una recopilación de cuentos del Oriente medieval narrados, supuestamente, por una sultana llamada Sherezade. El ambiente exótico creado por los parajes y la cultura oriental hicieron que esta serie de historietas fuera un auténtico éxito en la Europa del siglo XIX, donde el movimiento cultural del Romanticismo evocaba las místicas culturas de lugares lejanos.
Según la leyenda, existió un sultán persa que, para vengarse por la traición de su primera esposa, se desposaba con una mujer distinta cada noche y al día siguiente la mandaba decapitar. Para no correr la misma suerte, Sherezade decidió entretener al sultán durante toda la noche narrándole una historia y postergando el final hasta la llegada del amanecer. De este modo, el sultán debía perdonarle la vida una noche más para conocer como terminaba su cuento. Con este ingenioso truco, Sherezade se las ingenió para sobrevivir durante mil y una noches y así acabó por convertirse en reina. Históricamente, se cree que el núcleo de estos relatos proviene de un antiguo libro persa llamado Hazâr afsâna (mil leyendas), al cual se le añadieron numerosos cuentos y un arco argumental que los entrelazaba todos posteriormente.
El estilo narrativo de la serie de cuentos en ‘Las mil y una noches’ se denomina ‘relato enmarcado’ ya que, en lugar de ser historias independientes, cada una de las narraciones genera nuevas tramas y un cuento lleva al siguiente y al siguiente hasta que se conoce el desenlace del primero. El elemento de Sherezade, una narradora externa que cuenta historias a una tercera persona, era un recurso literario muy utilizado durante la Edad Media.
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